Sobre Mi

Mi nombre es Ignacio Cuaranta. Soy Médico, Psiquiatra Clínico egresado de la Universidad Nacional de Rosario, Santa Fe – Argentina.

Tengo especial interés y dedicación para trabajar con abordajes que contemplen la alimentación, su efecto en el cuerpo humano y las conductas.

El impacto que tiene el sobrepeso, la obesidad, y otras patologías metabólicas en la calidad de vida, en nuestra forma de pensar, nuestro cerebro y la salud del conjunto de la sociedad es realmente enorme.

En la práctica clínica diaria, en el consultorio, considero el funcionamiento cognitivo, el estado de ánimo, manejo del estrés y administración de los niveles de energía como aspectos esenciales de la forma en que afrontamos nuestra cotidianeidad y nuestros proyectos.

La asociación entre nuestra alimentación, nuestras conductas hacia los alimentos y las consecuencias que tienen sobre nuestra salud son cada vez más evidentes.

Formación Académica y Profesional

  • Médico especialista en Psiquiatría Clínica.
  • Ex pasante médico por 3 meses en el Beaumont Weight Control Center en Troy, Michigan – EE.UU (2006).
  • Especialización en tratamiento de Sobrepeso y Obesidad. Terapéutica integrada con preparación e indicación de Cirugía Bariátrica. Participación como adjunto en 3 investigaciones que ocurrieron durante ese período.
  • Rotación en Intensive Dietatary Management en Scarborough, Ontario- Canadá (2017).
  • Programa de intervenciones dietarias intensivas coordinados por Dr. Jason Fung, médico nefrólogo, con especial énfasis (referencia a nivel mundial) en la implementación de Ayuno Intermitente en combinación con alimentación baja en carbohidratos para corregir estados de hiperinsulinemia.
  • Low Carb Conference, San Diego-EE.UU. en calidad de participante (2017, 2018).
  • LCHF Course de Nutrition Network – Sudáfrica (2018) Primer Curso Internacional virtual sobre estilos de alimentación ‘’Low Carb High Fat ‘’ (bajo en carbohidratos altos en grasa). Dirigido por Prof. Dr. Tim Noakes, referencia mundial en implementación de la dieta Banting, Low Carb.

“El peor enemigo del conocimiento no es la ignorancia, es la ilusión de conocimiento.”

Stephen Hawking

Historia Personal

Mi interés hacia el rol de la alimentación en la salud se podría dividir arbitrariamente en dos partes.

La historia reciente se remonta a la noche del 25 de diciembre de 2015, cuando de manera fortuita me topé con el concepto de ayuno intermitente a través de un blog sobre minimalismo. Esto es bastante lógico porque no hay campo donde la optimización minimalista cobre más sentido que con las comidas. Leí de un tirón uno de los libros seminales del ayuno intermitente ‘’Eat Stop Eat’’ de Brad Pilon, como un concepto recuperado de la antigüedad: El valor de la abstinencia voluntaria de comer.

Pero ¿Que hacía yo en una web de minimalismo? Bueno, esa es una pregunta importante en mi vida. Una semana antes de toparme con la página de los minimalistas www.theminimalists.org llegó mi primer hija Nina, y con ella todo lo ‘’necesario’’ para recibirla adecuadamente en una casa típica en 2015, sin olvidarnos de los peluches y los regalos de familiares y gente querida. Todo ocupa lugar, y la cantidad de cosas que uno puede guardar generalmente se expande más allá del espacio que uno tiene, generando estrés, incomodidad y malestar. Hemos perdido esa capacidad de vivir con lo suficiente. Esta idea tiene mucho que ver con el aprendizaje que uno puede obtener del ayuno: ¿Cuánto es suficiente?

Esta motivación, combinada con el deseo de sentirme bien, poder tirarme al piso a jugar con mi hija y recuperar cierta sensación de orden alrededor de la alimentación, fueron motor suficiente para encarar los riesgos inherentes a la incertidumbre en la que nos sumerge lo nuevo. Lo novedoso, lo diferente.

El eje de Eat Stop Eat – https://eatstopeat.com/  gira alrededor de un protocolo de ayuno de 24 horas, seguido de 24 horas de alimentación ‘’normal’’, para continuar al día siguiente con otras 24 horas de ayuno.

Como todo libro bien escrito, me fue convenciendo con evidencia y pragmatismo, a tal punto de que, siendo las 23.30hs del dia de Navidad, ya me había metido sin saberlo en mi primer ayuno de 24 horas. Evité comer temprano durante la primera parte del Sábado 26 de Diciembre, sin dificultades y atendiendo a todos los detalles que anticipaba Pilon: estar bien hidratado, acompañar con algún supresor natural del apetito como el café o el té (en mi caso acompañé con mate) y pude llegar a las 20 horas, para abrir la ‘’ventana de ingesta’’, posterior a mi primer ayuno formal.

Luego le siguieron sucesivas prácticas de ayuno en diferentes modalidades, tratando de ir encontrando mi ritmo personal, instalándolo como un hábito, incorporándolo a la rutina física y mental.

Entendí también que las ventanas de ingestas no eran oportunidades para comer vorazmente, pero que podía comer muy bien hasta sentirme saciado. No me sentía famélico, desesperado, sino que podía conservar una actitud calma y expectante hacia la comida.

Es sabido entre personas familiarizadas con el concepto del ayuno, que la implementación de esta periodización de las ingestas se torna mucho más llevadera y accesible si es precedida por un periodo variable entre algunos días o unas cuantas semanas en las cuales se haya limitado el consumo de alimentos ricos en carbohidratos procesados y refinados, azúcares, granos y cereales.

Desde principios de 2013 me interesé en el estilo de alimentación conocido como ‘’Paleo’’, reduciendo de manera marcada el consumo de productos de panificación, pastas, azúcares agregados, papa, arroz, entre otros alimentos que dominan en nuestra dieta.

Al finalizar mi primer ayuno me sentía liviano, con energías, revitalizado. Había optimizado tiempo, consiguiendo al mismo tiempo algo que me había propuesto con ganas y seriamente, lo cual me brindó una sensación de gratificación muy linda. Sabía en mi interior que se vendrían muchos más.

¿Y la Ciencia?

La gente que me conoce íntimamente sabe que cuando algo me interesa, me dedico casi con exclusividad al minucioso estudio del área, por ende lo que seguía era una etapa de inmersión total en el estudio sobre el trabajo de expertos y conocedores de esta práctica, cual era la evidencia científica, cuál era el valor ancestral, el peso en la historia, cuáles eran los potenciales beneficios, cuáles eran las dificultades, las preguntas más frecuentes, los efectos adversos y los potenciales riesgos.

La investigación es un proceso dinámico y continuo, como la educación misma. Se dio (y se da) por múltiples y variados canales de información: libros, páginas de internet, conferencias y videos online, artículos científicos, líderes espirituales, etc. Dicha búsqueda cruzó mi camino con el del quizás más influyente promotor de la práctica del ayuno intermitente a nivel mundial, el Dr. Jason Fung, nefrólogo canadiense, autor de los libros Obesity Code, Diabetes Code y Complete Guide to Fasting, todos best-sellers y con gran impacto en la comunidad científica.

A mediados de 2016 me puse en contacto con el Dr. Fung y Megan Ramos, su primer paciente de ayuno y actual colaboradora en la práctica clínica, a través de su sitio web www.intensivedietarymanagement.com, en donde pude ver que tienen un programa Affiliates Observership, para realizar rotaciones médicas como observador activo.

En Abril de 2017 pude efectuar la rotación de una semana en su clínica ubicada en Scarborough, muy cerca de Toronto, Canadá. Fue un viaje de alguna manera revelador y fascinante para mi, al poder conocer y observar trabajar al médico del que había obtenido gran porcentaje del aprendizaje a través de sus libros, canales de divulgación y recursos científicos disponibles en Internet.

Pude capitalizar dicho viaje fortaleciendo mi convicción de trabajar, desde mi especialidad la Psiquiatría, en la implementación de estrategias que se salen del camino habitual.

Es así como empecé a utilizar el ayuno intermitente y la alimentación real, baja en carbohidratos, en el marco de la práctica clínica cotidiana en mi consultorio. Los resultados tempranos fueron tan contundentes, que oficiaron como retroalimentación positiva constante y refuerzo de mi pasión por seguir creciendo, en un camino que pocas personas han recorrido de manera similar, desde mi especialidad. Es decir no resultó fácil recorrer un camino que no estaba (ni está) allanado. Pero ¿quién dice que lo díficil deba desecharse? De hecho creo en lo opuesto: los desafíos nos hacen crecer y brindan propósito a nuestra vida.

Fui aprendiendo que la grandisima mayoría de personas que encaran un proceso de descenso de peso, tienen también una historia particular con ese peso excedente. El sobrepeso es mucho más que kilos extra. El sobrepeso implica pérdida de funcionalidad y libertad. Implica posponer o abandonar proyectos, perdiendo en el camino salud, calidad de vida e impactando sobre la relación que tenemos con nuestro entorno y el ambiente. Las personas con sobrepeso no llevan consigo ‘’sólo’’ un exceso de calorías almacenadas como energía; en muchos casos es un recordatorio constante de lo que no fuimos capaces de hacer: conservar salud.

Los beneficios que el ayuno intermitente y otras modificaciones del estilo de vida pueden tener sobre la salud del ser humano son enormes, tan importantes e impactantes como la actual epidemia de enfermedades no contagiosas asociados a nuestra forma de vivir.

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